Las antenas

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Las hay de mil formas y tamaños. Estamos rodeados de ellas. Pero, ¿cómo lo hacen?

Existen muchos tipos de antena, aunque caben destacar tres tipos de antenas ampliamente utilizados: bocinas, dipolos y arrays. Las más simples de todas, las mismas que se nos vendrían a todos a la cabeza, son los dipolos. Son básicamente cables alargados en vertical (las mismas que las antiguas antenas de los coches y de las radios).

El funcionamiento de estas antenas (repito, las más básicas de todas) es complejo. Se trata de dos cables de la misma longitud alimentados justo en el centro por un generador de tensión alterna. La clave está en que la longitud total de ambos cables suman justo la mitad de la longitud de una onda producida por el generador. Esto significa que cuando en uno de los extremos la tensión es máxima, en el otro extremo es mínima. En otras palabras, están en contrafase. Por tanto, esto crea un buen escenario para un campo eléctrico con dirección paralela a los cables, que además varía con la misma frecuencia que el generador. Un campo que varía (y se propaga) es conocido como onda.


Por otra parte, del mismo modo circula una corriente por los dos cables que varía con la misma frecuencia. Los que tengan algo de conocimiento de electromagnetismo sabrán que una corriente eléctrica variante produce un campo magnético, esta vez, en perpendicular a la antena. Finalmente, la suma de una onda eléctrica (en dirección x, por ejemplo) y otra magnética (en dirección y, por ejemplo) perpendiculares es justamente una onda electromagnética, que se propaga en la última de las tres dimensiones que nos queda (en dirección z). Un consejo, las ondas electromagnéticas se propagan mucho mejor cuando el campo eléctrico (paralelo a la antena) es perpendicular al suelo. Por tanto, lo mejor es que apuntes con el dipolo en vertical.

Por cierto, una onda electromagnética viene a ser en física cuántica igual a un fotón. Pero esto lo dejamos para un próximo post.

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